Mundial

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El marketing es una variante de arte de la sanata. Con la llegada del mundial de fútbol, tal como era de esperarse, llegó la avalancha de “sponsors” oficiales, “hinchas” oficiales y cuanta paparruchada puedan inventar las empresas para ganarse un lugar en esta fiesta catatónica que es un mundial de futbol.

Siempre me impresionó cómo las empresas se hacían pasar por oficialistas o nacionalistas, cuando en realidad no tienen ningún arraigo ni compromiso en ningún sitio. Allí aparece la magia del marketing.

Si alguna vez alguien tuvo la oportunidad de estar fuera del país durante un mundial, se habrá impresionado al ver que las mismas marcas que confiesan un amor incondicional con la camiseta de un país, a tan sólo un par de horas de vuelo, se las encuentra bramando patriotisrmo furibundo en el país vecino. Sin embargo, eso les da resultado, y creo que han generado un género en sí mismo, la propaganda mundialista. El marketing lo hizo.

Lo interesante de este fenómeno es que ancla en los más básicos elementos de la idea del nacionalismo. Toda esa simbología, esa mística y heroicidad lacrimógena es utilizada aquí y allá. Y funciona! Porque el nacionalismo es así de elemental, por eso es tan fácil para usar. Por supuesto, es mucho menos letal que sea usado por Coca Cola, a que se usado por un criminal en cadena nacional.

Pero veamos uno ejemplo de sus hilarantes efectos.

Chile, Argentina, Paraguay son algunos de los países de la región que participarán del campeonato de Sudáfrica. Coca Cola decidió ayudar a cada uno de ellos a sentirse de que son capaces de lograr la solidaridad de los más humildes para su causa.

Este es el resultado:

Por supuesto Coca Cola, que no va a ser el papel de tonto, armó un aviso que es la segunda parte del primero donde pone a las hinchadas compitiendo entre si. Pero, está hecho para salvar la ropa. Así armó un grupo en facebook para alentar esa campaña.

y otra para no dejar afuera a México

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