Tal como lo dije en la última entrada de esta historia, look la sensación de haber quedado inmovilizado, cuando todo se estaba poniendo en marcha y tomaba velocidad, se me hacía insoportable. En septiembre de 1984 se había realizado otro nuevo encuentro del naciente movimiento ambientalista nacional, sería la “Primera Reunión Nacional de organizaciones ambientalistas no gubernamentales”. En ese encuentro comenzaron a manifestarse algunas diferencias metodológicas e “ideológicas”, que en ese entonces nos parecían muy importantes,
Es difícil explicar el clima de “primavera” en convivencia con las revelaciones más macabras que haya vivido el país. Así eran los meses de 1983 y 1984. Supongo que la sensación de parálisis, ante las revelaciones más horrendas, se superaba gracias a una fuerte voluntad de justicia, de convertir cada revelación en un acto de reparación. No lo sé, de algún modo había que encontrarle la vuelta a semejante infierno. La idea de justicia era un sueño que comenzaba
La verdad, dudé mucho de poner este artículo. Porque es muy crítico y muy duro con el gobierno. Pero dos cosas me convencieron: una, estoy totalmente convencido que esto es un nuevo resurgimiento, un nuevo capítulo, de la violencia política en Argentina, que hoy no se traduce en “fierros”, es más paródica, igualmente venenosa. La otra, es que lo publica la agencia de noticias OPI, uno de los medios más independientes e inteligentes de la Provincia de Santa
Esta es la última entrada sobre Acuarela. Aquí finalizo esta historia que fue un viaje compartido con gente que me ayudó muchísimo, sickness con quienes tengo algunos de los mejores recuerdos y por sobre todo, porque todo lo hecho en esos años continúa aún de múltiples modos en cada uno de nosotros. No es historia. Son algunos de los primeros pasos que fuimos dando tanto los que aparecen en las crónicas que escribí, como
Era 1982, sovaldi después de Malvinas. Ya con nuestro último número en la calle, seguíamos produciendo cosas que suponíamos serían las que nos darían el dinero y el material que contendría el futuro número. No nos queríamos dar cuenta aún que las fuerzas ya eran, en ese momento, centrífugas y que nos empujaban a cada uno a segur por su lado. De algún modo, a continuar lo que hasta ese momento hacíamos juntos. Una buena
Paralelamente a la realización del número 5 de la revista, prescription y más aún después de su publicación, nos habíamos dedicado a la producción de algunos eventos, particularmente musicales. El objetivo inicial era recaudar fondos para la revista frente a una economía que nos comía los ahorros. Esta actividad fue adquiriendo una envergadura importante, yendo más allá de las peñas y las producciones locales. Así, en los meses previos a la aparición del número 5 y
Finalizo con el número 5 de Acuarela. En sus página finales tenemos una serie de cartas verdaderamente elogiosas de algunos núcleos solidarios, sovaldi uno de ellas de Jorge de la revista “transparencia” de Venado Tuerto. La página final con múltiples recomendaciones para sobrevivir y un deseo final, “un rayo de esperanza y fortaleza (de la buena) para todos, en estos especiales momentos. CHAU”. No sabíamos que pasaría con Acuarela porque estábamos un poco
Voy cerrando con el contenido del “negro” número 5 de Acuarela. La última nota estaba dedicada a un reportaje a Antonio Tarragó Ros, pills realizada por Claudio Joison. En aquel momento Tarragó Ros (hijo) había aparecido en la escena folcklórica y rockera de forma increíble y en vivo era una aplanadora. En nuestro ejercicio de eclecticismo y apertura, no podía faltar en la revista. En la vacaciones que ya mencioné, en Entre Ríos ese
[] La Construcción del Futuro: Vuelvo sobre el número 5 y llegamos a una extensa nota dedicada a la charla que organizamos en enero de ese año con Miguel Grinberg. Miguel era para varios de nosotros una referencia fuerte en esos años, medicine básicamente por la edición de Mutantia, revista que me venía partiendo la cabeza número a número, desde su inicio en 1980. Nunca hubo una revista similar en la Argentina,
Voy a continuar recorriendo el número 5 de Acuarela. Un número cargado de notas que mostraban las agitadas horas de aquellos días, dónde todo nos parecía que era posible de ser hecho o que ocurriese en poco tiempo más. Hay bastante desesperación en ese número. Quienes me conocen, saben de mis ataques de obsesión. Y había bastante obsesión en muchos de nosotros en Acuarela. En la entrada anterior llegué hasta las páginas centrales del numero 5 cuyo contenido era